top of page
Buscar

Deja de Construir, Sal a Vender: El Manifiesto de la Validación Comercial

¡Hola de nuevo! Si vienes siguiendo mis artículos, ya recorrimos juntos las etapas del ciclo comercial y cómo armar un equipo comercial. Hoy quiero que profundicemos en el paso cero, el más crucial y a menudo ignorado: la validación comercial.

Estoy convencido de que la fantasía más cara para un emprendedor es creer que tiene una idea tan brillante que "se venderá sola" o que deben tener listo su producto o servicio antes de ir a vender. Esas creencias son las principales causas de muerte de las startups con potencial. En este artículo, vamos a desmantelar ese mito. La validación no es un trámite, es la disciplina que separa las ideas que suenan bien de los negocios que funcionan.



¿Qué Diablos es la Validación Comercial (y qué NO es)?


Empecemos con una definición que será nuestra brújula: La validación comercial es el proceso de encontrar evidencia de mercado de que tienes una solución a un problema que a un grupo específico de gente le importa lo suficiente como para pagar por ello.

Suena simple, pero es aquí donde empiezan las confusiones.


El Museo de los Falsos Positivos

He visto a muchos fundadores celebrar una "validación" que no era tal. No es validación:

  • Una venta aislada a un contacto que te tenía buena voluntad.

  • Muchos elogios de tus amigos y familiares. El feedback de tu mamá no cuenta, a menos que ella sea tu cliente ideal y te haya firmado una orden de compra. Si no, solo es tu co-fundadora... en el departamento de apoyo emocional.

  • Tener 15 años de "experiencia en la industria". Eso te da una hipótesis, no la validación de esa hipótesis.

La validación real es encontrar evidencia de un patrón de demanda repetible.

La definición tiene tres componentes clave que debemos desglosar.


Primero: La Evidencia del Problema


Todo parte de aquí. Lo primero a validar no es tu solución, es el problema. Y aquí veo la confusión más típica: un "problema" no es una temática general como "los residuos plásticos". Ese es un problema para la humanidad, sí, pero no es un problema de negocio hasta que encuentras a alguien específico que, en términos muy pragmáticos, se vea tan afectado por esos residuos o la legislación en torno a ellos que esté dispuesto a pagar para solucionarlo.

Con "problema" nos referimos a la comprensión detallada de una necesidad que una persona o empresa declara explícitamente como algo que le molesta y requiere solución. Tu trabajo es entender las causas, las consecuencias y el grado de conciencia que tienen sobre ello.


Segundo: La Configuración de la Solución


Tu solución debe configurarse en torno a ese problema validado. Al inicio, no importa si es rentable o eficiente. Si validaste que alguien pagaría por un servicio de recolección de sus residuos plásticos, da igual si al principio lo haces tú mismo en una camioneta o con un robot de la NASA. El cliente paga por el resultado. Luego, para que sea escalable y rentable, ya desarrollarás a tu equipo de robots. La validación inicial se enfoca en el "qué" (la solución al problema), no en el "cómo" (la tecnología ultra-eficiente).


Tercero: ¿Qué es una "Evidencia" de Mercado?


La evidencia no es una opinión, es un patrón. Para encontrarlo, necesitas un número mínimo de prospectos con los que has interactuado (un "N" suficiente) para sacar conclusiones coherentes. Este proceso es como buscar la curva de Gauss de tus clientes: te permite entender qué es lo "normal" en tu segmento y, crucialmente, te ayuda a "separar la paja del trigo". Aprenderás por ejemplo en B2B que tu cliente ideal no es toda una industria, sino empresas de ciertas industrias que además tienen un departamento específico o una condición particular.

La evidencia final es el compromiso: un porcentaje de esos clientes ideales que dicen "lo quiero, lo compro", incluso si aún no lo tienes listo para vender. Esa es la prueba de que puedes empezar a producir con la seguridad de que ya tienes una demanda real esperando.


Validación Comercial vs. Madurez Tecnológica (El Matiz de los TRLs)


Aquí quiero hacer una pausa y hablar de un concepto que está muy de moda: los TRLs (Technology Readiness Levels). Son una escala para medir qué tan "cocinada" está tu tecnología. Un TRL 1 es una idea; un TRL 9 es un producto funcionando en el mundo real.

El problema es que muchos fundadores confunden madurez tecnológica con validación comercial. Te empujan a subir en la escala de TRLs como si esa fuera la meta. El problema es que esas pruebas en "el mundo real" pueden no ser validación comercial. ¿Por qué? Porque a menudo se hacen con un número insuficiente de casos, o peor aún, se entregan de forma gratuita. Que alguien use tu solución gratis no prueba que esté dispuesto a pagar por ella, que es el fundamento de un negocio. Por lo tanto, puedes tener un TRL alto y aún así no tener un modelo de negocio validado. 

Así que la próxima vez que un formulario te pida tu TRL, anótalo, pero recuerda que la métrica que realmente te debería quitar el sueño es tu Nivel de Relevancia para el Cliente (NRC).


El Manifiesto del Validador: Vender Antes de Construir


El principio central de la validación es vender la promesa, el resultado, la solución al dolor. Para lograrlo, necesitas el foco de un francotirador: validar un problema específico para un segmento específico. Y esto es aún más crítico en innovación. Mientras más revolucionario sea tu producto, más grande es el abismo de incertidumbre.

Confesión de Fundador:

"En una startup anterior, lanzamos un servicio B2B creyendo que teníamos el producto perfecto. Hicimos algo que parecía correcto: salimos a vender desde el día uno. Pero nos costó años entender por qué no despegábamos. El error fue sutil pero fatal: confundimos 'validación' con el simple 'ejercicio de vender'.

Nos saltamos el paso previo y más importante: la comprensión del mercado. Si nos hubiéramos sentado a conversar con nuestro segmento para entender su problema, sin la presión de venderles algo, habríamos entendido el 'porqué' detrás de sus respuestas. Habríamos comprendido los aspectos erróneos de nuestra hipótesis del mercado y encontrado nuestro nicho real en meses, no en años, ahorrándonos un desgaste brutal. Vender es parte de la validación, pero intentar hacerlo sin una comprensión profunda del mercado es como navegar de noche sin brújula."


Un Vistazo a la Caja de Herramientas 


Ahora, ¿cómo se hace esto en la práctica? Existen múltiples estrategias y tácticas para validar sin construir, cada una adaptada a diferentes contextos. Están las Entrevistas de Problema para entender el dolor del cliente, las "Ventas de Humo" con landing pages para medir la intención de compra, o los MVPs tipo "Mago de Oz" donde simulas la tecnología con trabajo manual.

También hay lógicas más inductivas o deductivas, y consideraciones especiales si estás en un emprendimiento de impacto y obsesionado con un problema particular.

Cada una de estas estrategias es un mundo en sí misma y merecen un artículo completo que publicaré más adelante. Por ahora, quédate con la idea central: tu misión es usar la creatividad para obtener evidencia de mercado con el menor esfuerzo y desarrollo posible.



El Ritmo y la Realidad del Fundador en la Trinchera



El Factor Tiempo y la Gran Escalera de la Validación


¿Cuánto dura esto? No hay una respuesta única. A veces semanas, a veces meses. Es un proceso de búsqueda de patrones que requiere paciencia y "darle tiempo al tiempo". Aunque con herramientas, metodología y acompañamiento es posible acelerarlo igualmente requiere trabajo y paciencia. Si aplica la lógica de que en B2C se puede avanzar a velocidad imposibles para el B2B.

Es crucial entender la naturaleza del proceso. La validación no es como subir una rampa, donde cada paso te eleva un poco más. Esa es la lógica de la etapa de explotación, cuando ya tienes una máquina funcionando (la empresa productiva y con un motor de ventas probado).

La validación es como subir una gran escalera con peldaños gigantescos. Puedes pasar meses caminando sobre el mismo peldaño, haciendo acciones y sintiendo que no avanzas. Es frustrante. Pero todo ese trabajo es para encontrar una pieza clave que te faltaba. Y cuando la encuentras, no subes un centímetro. Das un salto y subes un peldaño entero de golpe. Entender esto te ayuda a gestionar la ansiedad.


Quemar las Naves vs. Construir un Bote


Muchos te dirán que tienes que "quemar las naves" y renunciar a todo. Yo creo que un fundador inteligente primero construye un bote sólido antes de abandonar la orilla. Mantener un trabajo en paralelo durante la fase de validación no es falta de compromiso; es una estrategia brillante de gestión de riesgo que te da la tranquilidad y el tiempo necesarios para validar sin la presión de tener que generar ingresos para comer al mes siguiente.

Confesión de Fundador:

"Yo también tuve que gestionar el riesgo. Hace 10 años en un proyecto, negocié en mi trabajo para pasar de jornada completa a media jornada y así tener tiempo para validar. Solo renuncié por completo cuando los primeros clientes nos hicieron pedidos grandes y recurrentes. Suena a historia de éxito, pero debo ser honesto: el proceso duró unos tres meses. Si se hubiera alargado a un año, no sé si mi paciencia hubiera aguantado.

Y esa es la clave: ese proyecto no era altamente innovador. Para productos que realmente rompen el mercado, la validación puede tomar mucho más tiempo, y es ahí donde la capacidad de aguantar se vuelve tu mayor ventaja estratégica."


Validación Primero, Dinero Después


Mi regla de oro para el fundraising: la validación comercial es el requisito indispensable para levantar fondos públicos o privados de manera seria. Es cierto, puede que encuentres algún inversor que apueste por tu idea en una servilleta, pero es poco probable, te costará muchísimo tiempo encontrarlo y las condiciones serán terribles: te quitarán un porcentaje enorme de tu empresa por muy poco dinero. Y lo más importante de todo, el proceso de fundraising te quitara el tiempo que deberías haber destinado a la validación comercial, que si la hubieses realizado primero habrías mejorado enormemente tu probabilidad de éxito en el fundraising.


Escenario de Pánico: "Construimos Todo y, a Pesar de Intentarlo, No Vendemos"


Este caso es común. Si te pasa, no todo está perdido. Primero, ten claro que esto no es una fórmula matemática. A veces, con un bajo nivel de innovación, puedes construir y vender con éxito. Otras veces, solo necesitas ajustar tu estrategia comercial. Pero tienes que estar preparado para la posibilidad de que el problema sea de base. Si es tu caso, este es el plan:

  1. Congela el Desarrollo: Más código no es la solución.

  2. Vuelve a la Calle: Haz las Entrevistas de Problema que debiste haber hecho al principio.

  3. Prepárate para la Honestidad Brutal: Acepta que quizás el mercado no quiere lo que construiste.

  4. Considera la Cirugía a Corazón Abierto: Tienes que estar dispuesto a "matar" las funcionalidades que amas pero que a nadie le importan (pivotar) para salvar la vida del negocio.


Poniéndome el Parche Antes de la Herida con mis lectores críticos: Otras Escuelas de Pensamiento (y sus Matices)


Para terminar, quiero ser transparente. Lo que he compartido es mi convicción, forjada en la experiencia. Pero sé lo que algunos podrían estar pensando, así que quiero abordar de frente algunas objeciones comunes, porque la estrategia requiere contexto.

  • Sobre el "Fundador Visionario" (El argumento Steve Jobs): Se dice que la innovación disruptiva no se puede validar preguntándole a la gente. Y es verdad. En estos casos no se trata de hacer un focus group para que te diseñen el producto (lógica de Design Thinking). Pero incluso la visión de Jobs venía de una comprensión disruptiva y profunda de los problemas del mercado. La validación, en estos casos, no es sobre una lista de funciones, es sobre confirmar si tu comprensión radical del problema es correcta. (Pero atención que la mayor de los proyectos que veo a diario no califican como innovación disruptiva si no incremental)

  • Sobre la "Doctrina del Foco Total" (El argumento Y Combinator): La idea de "quemar las naves" y dedicarse 100% es perfecta, pero para la etapa correcta. Y Combinator y los que pregonan estas lógicas, seleccionan proyectos que ya tienen una base sólida para acelerarlos. Aplicar esa presión en la etapa de validación inicial, que requiere paciencia y a veces no ocupa todo tu tiempo, es una receta para la ansiedad y para tomar malas decisiones por el apuro de "estar ocupado".

  • Sobre el "Modelo Deep Tech" (La excepción a la regla): Es cierto que startups con largos ciclos de I+D tienen necesidades de capital y ciclos de vida distintos. Pero me he encontrado con proyectos de este tipo que, tras años y millones invertidos, fracasan en una validación comercial que podrían haber hecho el día uno. Aunque sea más difícil llegar al decisor comercial que al validador técnico, hacer ese esfuerzo desde el principio para validar el problema de negocio es un ejercicio de reducción de riesgo que muchos omiten fatalmente.


Conclusión: Reemplazar la Fe por Evidencia


La validación comercial no es un trámite para pasar a la etapa “verdadera”. Es la disciplina de reemplazar la fe ciega en tu propia genialidad por la evidencia humilde pero sólida de lo que el mercado realmente quiere. Es el puente que te lleva de tener un sueño a tener un negocio.

 
 
 

Comentarios


bottom of page